Hospital particular
- alizet18
- 21 sept 2022
- 4 Min. de lectura

Hace algún tiempo que me encontraba caminando y con hambre cuando de repente me encontré frente a una panadería, de esas que tienen todo tipo de pasteles y panecillos deliciosos.
Buscando entre todos ellos, observé unos panes que decían estar rellenos de una rica crema de nata y me emocioné como cuando un niño encuentra entre un mar de juguetes, el juguete que se convertirá en su favorito y, procedí a comprarlo. Compré además un rico té y al sentarme a degustar tan delicioso manjar, me di cuenta que el pan tenía muy poco relleno y encima los sinvergüenzas ni siquiera había puesto empeño al sabor de dicha crema, fue una tremenda decepción, tan exquisito que se veía por fuera y tan diferente y paupérrimo que era por dentro.
La vida resulta ser algo así como una panadería, hay de todo tipo de panes, de aquellos que son esponjocitos, algunos duros, otros redondos, algunos planos, unos muy resistentes y otros de mil hojas, unos rellenos y otros secos, sin embargo la idea de que seamos por dentro lo que manifestamos por fuera debiera ser la regla por seguir. Sin embargo, a veces nuestra condición superficial es “magnifica” y a la primera mordida, se puede identificar si el relleno es tan bueno como lo que se ve por fuera.
La idea de poder manifestar lo que somos de manera real siempre resulta en un gran problema, porque nos orilla a una posición lejos de nuestra comodidad, la idea de estar desnudos frente a los demás nos aterra, pensando que seremos carnada para los tiburones de la crítica que nos observan (como aquel vendedor de fruta que no se atreve a cortar la fruta frente a sus clientes).
Nos escondemos detrás de un refugio visual que descansa sobre artilugios que nos hacen “ver bien”, no solo me refiero al cabello pintado, sino además al hecho de mostrar el cartel de “buena persona” delante de los demás, cuando en realidad sabemos que por dentro nada de eso es igual.
Ser personas rotas no resta nuestro valor como seres humanos, por el contrario, estar rotos tiene implicaciones importantes como que lo estamos intentando y que en medio de las caídas aprendemos a mantenernos humildes. La humildad es la clave para cualquier propósito en la vida, si nos mantenemos humildes no hay nada que Dios no pueda hacer con nosotros o en nosotros y nada amplía más nuestra capacidad de ser humildes como la vergüenza o el bochorno, una dosis saludable de vergüenza nos viene bien, nos purga el ego el orgullo. Las personas tratan de huir de ella y de evitarla, pero vivirla nos libera.
Romanos 9:33 Reina-Valera 1960
33 como está escrito:
He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Recuerda cuando Adán y Eva no tenían secretos, nada que lamentar, pero una vez han desobedecido, la vergüenza encuentra el terreno perfecto para invadir y marchitar el corazón.
La verdad es que muchos vivimos marchitos, viviendo de las falsas apariencias por el temor a descubrir para nosotros y para los demás lo que tenemos por dentro. En la vida, todo el mundo está roto, por eso es que buscamos al médico correcto para recibir el tratamiento que necesitamos, pero ¿cuánto más vamos a esperar para poder recibir la consulta correcta, cuánto tiempo dejaremos pasar para que nos atiendan?
Salmos 83:16-18 Traducción en lenguaje actual
16 Dios mío,
¡llénalos de vergüenza,
para que te reconozcan como Dios!
Estar roto forma parte del porque es importante la intervención de Dios, los pedazos que han quedado de ti, tienen que ser devueltos a su lugar para que seas feliz.
1 Corintios 1:27 Reina-Valera 1960
27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
Es tiempo de aprovechar el hospital particular que tenemos en la iglesia, sí, el lugar que llamamos iglesia también es el hospital que necesitamos para curarnos de lo que estamos rotos, si dejamos a un lado la arrogancia y nuestro ego podríamos descubrirlo fácilmente.
¿Qué significa estar roto? (RAE)
1. adj. Andrajoso y que lleva rotos los vestidos, estar dañado. U. t. c. s.
2. adj. Agotado o muy cansado, persona desbaratada en las costumbres y modo de vida.
La pregunta no es ¿Estás roto, sino que tan roto estás?
¿Qué hacer?, lo natural es dejarnos llevar por nuestro miedo a la vergüenza y escondernos, no queremos sentirnos vulnerables o necesitados, como Adán y Eva que se escondían de Dios.
¿Por qué no dejar de lado la vergüenza y acudir a Dios?
Hebreos 4:16 Reina-Valera 1960
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Deja de huir porque solo quieres dejar la vergüenza no tu pecado, sin esa vergüenza no podemos pasar al lado correcto de la vida. La spersonas buscan una forma segura de pecar, el estiercol se vuelve común.
Proverbios 26:11 Reina-Valera 1960
11 Como perro que vuelve a su vómito,
Así es el necio que repite su necedad.
Es tiempo de darle la importancia de venir al hospital particular que Dios te ha provisto en lugar de dejar de asistir por sentir que eres pecador o el más pecador.
1 Timoteo 1:14-16 Reina-Valera 1960
14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. 15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.
No tienes que fingir siempre estar radiante como el sol, si necesitas, tienes que decir: “necesito una cura”, estoy roto por eso vengo al hospital.
Vienes a la iglesia porque estás quebrado, estás roto, la vida no te ha tratado bien, ha hecho estragos en ti, yo soy consiente de ello, sino esto sería un museo de santo, pero no, esto es un hospital. Me cuesta trabajo pensar que todavía a pesar de todo lo que sabemos de Dios necesitemos fingir que todo está bien.
Jeremías 33:6 TLA
6 »Sin embargo, más adelante les devolveré la paz y la tranquilidad, y los haré disfrutar de una vida segura.
Algunos dejan de venir cuando las cosas se ponen feas, no dejes de venir, sino depues te va a dar vergüenza y cuando vengas te sentirás incómodo, no por los demás sino por ti. Si estás en pecado ven a la iglesia Dios nunca va a bendecir el fingimiento.
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